TERCER AÑO

La perspectiva axonométrica es un sistema de representación gráfica, consistente en representar elementos geométricos o volúmenes en un plano, mediante proyección ortogonal, referida a tres ejes ortogonales, de tal forma que conserven sus proporciones en las tres direcciones del espacio: altura, anchura y longitud.

La perspectiva axonométrica cumple dos propiedades importantes que la distinguen de la perspectiva cónica:

  • La escala del objeto representado no depende de su distancia al observador (equivalente a que el observador estuviera en el infinito)
  • Dos líneas paralelas en la realidad son también paralelas en su representación axonométrica.
Los tres ejes del plano proyectante se dibujan así: el referente a la altura suele ser vertical, y los referentes a longitud y anchura pueden disponerse con cualquier ángulo.

Los ejes del plano proyectante guardan entre sí 120º en la perspectiva axonométrica. Si los ejes x e y guardan entre sí 90º se denomina perspectiva cavallera.

Para que el dibujo se parezca más a la realidad, se aplica a veces un coeficiente de reducción en las medidas paralelas a los ejes de anchura y longitud (perspectiva cabinet)


Perspectiva Isométrica

Es una forma de proyección gráfica. Constituye una representación visual de un objeto tridimensional en dos dimensiones, en la que los tres ejes espaciales definen ángulos de 120º, y las dimensiones de la realidad se miden en una misma escala sobre cada uno de ellos. La isometría es una de las formas de proyección utilizadas en dibujo técnico que tiene la ventaja de permitir la representación a escala, y la desventaja de no reflejar la disminución aparente de tamaño-proporcional a la distancia- que percibe el ojo humano.



Perspectiva Cabinet


En perspectiva cabinet, dos dimensiones del volumen a representar se proyecta en verdadera magnitud y la tercera con un coeficiente de reducción. Las dos dimensiones sin distorsión angular, con sus longitudes a escala, son la anchura y altura (y - z); la dimensión que refleja la profundidad se reduce (x) en 1/".
























FIGURA HUMANA 

Policleto, Praxíteles, Leócares; los tres fueron escultores famosos de la Antigua Grecia y los tres trataron de resolver un problema cuya solución aún no tenemos: las proporciones ideales en la figura humana.
En el Siglo V a.C,  Policleto escribió un tratado que tituló El Canon en el que establecía que “para obtener la perfecta proporción de una de las partes del cuerpo respecto a otras, la figura deberá medir siete cabezas y media de altura”. Así lo demuestran todas sus esculturas. Para entender esto, es necesario apuntar que el canon es la regla o sistema que determina y relaciona las proporciones de la figura humana partiendo de una medida básica: “el módulo”. Éste, utilizado desde el Renacimiento hasta nuestros días, es igual a la altura de la cabeza.
El Canon de Policleto fue aceptado sin discusión por todos los artistas de la época, como Fidias o Mirón,  marcando un  hito en la Historia del Arte y determinando el estilo y proporciones denominado como “periodo clásico”. Desde ese momento, todos los pintores y escultores utilizaron el sistema de las siete cabezas y media para representar la figura del hombre idealmente proporcionado hasta que, casi un siglo después, Praxíteles estableció un nuevo sistema: el de las ocho cabezas. Casi al mismo tiempo, el escultor Leócares modeló el célebre Apolo de Belvedere, una de las esculturas más bellas del mundo basándose en unas nuevas proporciones del canon de ocho cabezas y media.

¿Quién de los tres había dado con la solución? En el siglo XXI aún no hemos podido contestar a esta cuestión. Lo que sí sabemos es que durante el Renacimiento, dos milenios después de Policleto, se hicieron la misma pregunta y los artistas del momento tampoco se pusieron de acuerdo.
Así, Miguel Ángel optó por el canon de las siete cabezas y media, como mostró magistralmente en el “David”. Por otro lado, Da Vinci se empeñó en realizar sus propios cálculos y decidió que lo correcto eran ocho cabezas exactas. Nueve, afirmó Boticelli mostrando su “San Sebastián”…

Años más tarde, el Greco desdijo a todos ellos pintando sus inigualables figuras alargadas, llegando a optar por un sistema de proporción de once cabezas, aunque se trataba de una deformación aceptada por el griego.